La Ley Nacional para el Desarrollo de la Cultura Física y el Deporte, en su artículo 6, literal c, indica que uno de los objetivos de la misma es difundir entre las personas los beneficios y bondades que generan la práctica de la educación física, la recreación física, el deporte y los principios olímpicos.
Seguramente al preguntar cuales son estos principios olímpicos que menciona la ley, pocas personas podrían describir los mismos porque pareciera que estos principios están entre los mejores secretos guardados del mundo deportivo.
Sin embargo, hoy por hoy el crecimiento del Movimiento Olímpico lo hace uno de los fenómenos sociales más grandes del planeta, he aquí algunos de los números de los últimos Juegos Olímpicos de verano que se celebraron en Londres, Inglaterra, en 2012:
- Se compitió en 26 deportes, 39 disciplinas en 34 instalaciones deportivas.
- El parque Olímpico con una tamaño de 2.5 kilómetros cuadrados que equivalen a 357 campos de futbol.
- 8.8 millones de tickets estuvieron a disposición durante los Juegos.
- Más de 10 mil 500 atletas de 204 Comités Olímpicos Nacionales tomaron parte de las justas.
- Se disputaron 302 medallas
- Más de 21 mil acreditaciones para los medios de comunicación con una audiencia de 4 billones de personas.
- 2 mil 691 árbitros y 5 mil 770 entrenadores
- 200 mil personas trabajaron para la organización de los Juegos, entre ellos 70 mil voluntarios.
- 20 millones de espectadores visitaron Londres, incluidos 3 millones en el día mas cargado durante las justas.
- 14 millones de comidas se sirvieron en la Villa Olímpica.
Estos números muestran el desarrollo de la faceta deportiva del Movimiento Olímpico, pero ¿qué hay de la faceta educativa del mismo? En un escrito del doctor Conrado Durantez, especialista en el Movimiento Olímpico, indica que la excesiva y progresiva especialización deportiva hace que los esfuerzos de los Comités Olímpicos Nacionales se centren mayoritariamente en la preparación física de los atletas, que han de enviar a los Juegos Olímpicos y olvidan frecuentemente su tarea fundamental “la difusión de los principios olímpicos”, tal desequilibrio de acción era denunciada por Coubertin en 1906 cuando precisaba “tengamos cuidado, para que el punto de vista técnico no oscurezca el pedagógico”, también en 1994, Germán Rieckehoff Sampayo, presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico mencionó: “Cada día más y más personas están interesadas en hacer deporte olímpico, y cada vez menos y menos en hacer el Movimiento Olímpico”.
Al ver esta realidad, sin duda alguna dentro del Movimiento Olímpico tenemos una tarea pendiente en la promoción de los valores y principios fundamentales del Olimpismo, los cuales vale la pena mencionar se encuentran dentro de la Carta Olímpica.
A continuación enunciamos los siete principios fundamentales del Olimpismo:
- El Olimpismo es una filosofía de vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la educación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto por los principios éticos fundamentales universales.
- El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del ser humano con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana.
- El Movimiento Olímpico es la acción concertada, organizada, universal y permanente que se ejerce bajo la autoridad suprema del COI sobre todas las personas y entidades inspiradas por los valores del Olimpismo. Se extiende a los cinco continentes y alcanza su punto culminante en la reunión de los atletas del mundo en el gran festival del deporte que son los Juegos Olímpicos. Su símbolo está constituido por los cinco anillos entrelazados.
- La práctica deportiva es un derecho humano. Toda persona debe tener la posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico, que exige comprensión mutua, espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio.
- Como el deporte es una actividad que forma parte de la sociedad, las organizaciones deportivas en el seno del Movimiento Olímpico tendrán los derechos y obligaciones de autonomía, que consisten en controlar y establecer libremente las normas del deporte, determinar la estructura y gobernanza de sus organizaciones, disfrutar del derecho a elecciones libres de toda influencia externa y la responsabilidad de garantizar la aplicación de los principios de buena gobernanza
- El disfrute de los derechos y libertades establecidos en esta Carta Olímpica debe garantizarse sin ningún tipo de discriminación, ya sea por raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, riqueza, nacimiento u otra condición.
- La pertenencia al Movimiento Olímpico exige ajustarse a la Carta Olímpica y contar con el reconocimiento del COI.
Estos principios son una expresión de la primacía de la persona humana como sujeto y fin del orden social, tal como indica nuestra Constitución de la República, reconociendo al deporte como una maravillosa herramienta.